POR ESO YO REGRESO A MI CIUDAD (1969) - ANDRÉS CAICEDO


Disfruta de ver a los demás sin que lo vean a él, mientras que a mí me gusta que me vean mientras piensan que yo no los veo, y entonces puedo actuar de determinada forma que se que es conveniente en ese instante. ¡Qué bajo ese comportamiento!. ¿Que por qué?, porque es una forma de manipulación, porque sé qué quieren ver, y lo hago, y puedo sacar provecho de eso, pero es que es algo tan natural, casi que involuntario, a veces lo provoco, a veces solo me aseguro de que esté sucediendo.

Esa fijación por los barrotes de su ventana, por la hiedra que crece y le impide poco a poco ver lo que sucede afuera, deja ver la falta de intenciones por salir y relacionarse, es como miedo, como desinterés, rechazo, incluso desprecio y menosprecio. Es decir, ¿para qué rayos voy  a salir a hablar con esa gente que piensa menos, en cosas tan triviales, banales y mundanas como las que acostumbra a decir? Esa ventana en su cuarto refleja ese orificio de su mente por el que alcanzan a penetrar las demás personas y el mundo exterior, es el pequeño hoyuelo que usa para relacionarse a veces, ese cuarto es su mente y esa ventana los intentos por salir de ella y tratar de ser mejor….o peor, en fin, tratar de relacionarse con los demás.
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