1998

A veces me gusta imaginarme que es 1998.

Que no tengo computador.

Que no conozco el internet.

Me gusta pensar en esos sábados eternos. Que tal vez duraban mucho más que ahora porque yo era más pequeño. Pienso que la duración de un día puede estar relacionada con la altura de la persona. Para un niño, un día entero puede ser extremadamente largo. Pero a medida que crecemos se nos acortan las horas.

Me gusta recordar que si me aburría, me tenía que inventar algo. Ponerme a dibujar muñequitos de Dragon Ball, o a jugar con plastilina. Pasar y pasar canales hasta encontrar algo que más o menos me interesara, aunque no lo entendiera mucho. Tal vez coger alguna enciclopedia y abrirla por cualquier letra a ver qué encontraba. Supuestamente Bill Gates se leyó una enciclopedia completa, así que yo también quería hacerlo, porque el señor ese se había inventado los computadores.

Por épocas me ponía a jugar trompo o a jugar yoyo. Increíble que acá en Bruselas no sepan ni lanzar el segundo. Del primero les creería, porque sí es complicado, pero, ¿un yoyo?

A veces me pregunto qué haría si no tuviera el celular. ¿Qué haría si me levantara en la madrugada, sin poder dormir, y no tuviera ese aparatejo? Sería como en 1998. A lo mejor coger un libro, o ponerme a escribir a mano, en alguno de mis diarios.

Me gusta imaginarme que es 1998. O 1997, o 1999, creo que me da igual. Pero por algún motivo me gusta especialmente el terminado en 8. ¿Qué habrá pasado ese año para que me guste tanto? Tal vez no pasó nada en particular. Estaba en segundo de primaria, en el colegio Calasanz de Pereira, tratando de aprenderme las tablas de multiplicar y recordando cómo se escribía, porque se me había olvidado luego de las vacaciones. Como que había perdido fuerza en la mano y la letra me salía horrible. Mi profesora era Milena, me parecía bonita, y yo me ponía a llorar por todo. Creo que alguna vez me dijo que no llorara tanto. Me lo dijo en buenos términos, no como regañándome.

Me gustaría aburrirme más ahora como entonces. Y ponerme a hacer cualquier cosa, sin pensar en el tiempo. Simplemente hacerlo, como ahora que escribo esto. Sin tener en cuenta si es útil o no, en si dará dinero o no, en si me hará más inteligente o no. Solamente pensando, ¿qué pasa si hago esto? ¿qué color saldrá? ¿qué forma obtendré?

¿Qué harías si fuera 1998?

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