A los estudiantes
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No importa si las clases son en línea o presenciales.
No importa que lleve pocos años dictando
clases.
Aprendemos todos los días, y aún así, no sabemos aprender
bien, y no terminamos nunca de aprender
La mayor parte del trabajo la pones tú como estudiante. De tu actitud
depende cuánto aprendes. Podrías tener al mejor profesor de la historia, que
sabe y a la vez transmite su conocimiento, pero podrías terminar el curso sin aprender nada.
Actualmente puedes encontrar prácticamente toda la información en
internet. Lo que necesitas es disciplina, que la pones tú, y una guía, que la
pongo yo. Pero la disciplina es más importante que la guía. Sin guía pero con
disciplina llegarás a tu meta, tarde o temprano. Pero por mucha guía y
orientación que yo te brinde, si tú no eres disciplinado, no aprenderás nunca.
“El maestro aparece cuando el alumno está listo”. Los
maestros están por todas partes, toman muchas formas, están dispuestos a
ayudar. Solo que no los vemos la mayor parte del tiempo. Pero en raras
ocasiones algo hace clic en nuestra cabeza y aprendemos a ver las cosas de
manera diferente, a pensar diferente, y entonces eso que había estado allí
durante tanto tiempo, y a lo que no le prestábamos atención, toma una mayor
relevancia.
Entiendo que no quieras que veamos a través de la cámara el desorden de tu cuarto, que
veamos pasar a tu perro, a tu gato, o que no te has bañado. Pero es que las clases
no son una reunión de última hora, no son una junta que se da una vez a la
semana o al mes. Las clases en línea son reuniones varias veces por semana, y tú sabes que
durarán unos cuantos meses, entonces, ¿por qué no adecúas el espacio para
tomarlas? Tener la cámara prendida incentiva tu participación, motiva a tu
profesor, motiva a los demás estudiantes, te permite aprender mejor, te genera
confianza con los demás participantes y crea lazos similares a los que se tenían
antes de manera presencial.
El hecho de no encender la cámara en ninguna sesión me da la
impresión de desinterés. Como digo, no prenderla en una reunión entre
desconocidos o personas que no se hablan a menudo lo comprendo, o en reuniones
esporádicas, fortuitas. Una reunión como la asamblea general de apartamentos,
la reunión de padres de familia a final del semestre, la entrega de diplomas en
un grado. ¿Pero en una clase que es una, dos o tres veces por semana durante al
menos 16 semanas?
Como profesor siento más empatía por aquellos que encienden
sus cámaras. Estoy más dispuesto a darles segundas oportunidades, porque los
recuerdo, sé quienes son (al menos de vista), he visto qué hacen durante las
clases.
Cuando era presencial, y ahora que regresemos en pocos
meses, la situación no será tan diferente a la vida actual en línea, como tampoco no lo era antes. La única
diferencia es que veremos a los estudiantes, pero seguirán callados ante una
pregunta, distraídos con su celular, sin participar, sin cuestionar.
El proceso de aprendizaje depende más de ustedes que de
nosotros. No necesitan un profesor perfecto, necesitan un profesor motivado,
alegre, interesado. E igualmente, el proceso de aprendizaje necesita un alumno
motivado, alegre e interesado.
Cuando encienden la cámara nos hacen más amena la clase, brindándonos algo tan sencillo como tener a alguien a quien mirar.
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