Un espíritu antidoctoral
Publicado a principios del año 2023, antes de comenzar mi aventura de PhD en Bélgica en agosto del mismo año. Muchas gracias a todos los que hicieron posible esta gran oportunidad.
He logrado comprender que hacer un doctorado, más que estudiar, es proponer. Y a mí me gusta es entender.
Y para proponer uno tiene que:
1. Estar satisfecho y seguro de lo que sabe hasta el momento.
2. Tener ansias por descubrir algo nuevo.
En estos momentos, y la verdad creo que siempre, he tenido un espíritu
contemplativo, rumiante, de repasar y voltear, mirar por un lado y por
el otro. No me interesa tanto ser el descubridor de algo simplemente por
serlo. Me interesa más entender las raíces de las cosas y la relación
que hay entre ellas.
Pero básicamente lo que
toca hacer en un doctorado es proponer cosas nuevas todo el tiempo
escribiendo artículos y además bajo la presión del tiempo y del dinero,
porque a uno le están pagando por eso. El trabajo es proponer. Mejor que
me paguen por entender.
Por tanto, creo que
voy a aplazar el plan del doctorado, o por lo menos no lo seguiré
buscando por ahora. Si aparece alguna oportunidad viable, a lo mejor me
apunto. No sé en qué vaya a parar lo de Alemania, aunque ya sé que
Rafael envió la carta. De todas maneras tal vez en algún momento sienta
que ya tengo ese impulso por descubrir cosas nuevas.
Por
el momento me interesa revisar todos los libros que tengo sin leer,
todos mis diarios que están sin releer, todos los papeles que he
acumulado por tanto tiempo, dedicarme al piano, a entrenar karate que me
queda relativamente cerca, a escribir (muy importante esta parte), a
estudiar y probar sin afán un montón de cosas que tengo planeadas para
mis clases, a retomar el tenis (que me queda súmamente próxima la cancha), a dibujar, a
seguir haciendo mi podcast y mis publicaciones en RR.SS., a jugar
ajedrez y a seguir estudiando idiomas.
Es
decir, tengo cosas que hacer como para los próximos 10 años.
Posiblemente cuando haya releído mis diarios y los haya convertido en
libros, cuando haya escritos los libros que tengo pendientes, cuando me
sienta satisfecho con mi desempeño en el ajedrez, en el piano, en el
tenis y en el dibujo, cuando no tenga más temas para mi podcast, cuando
haya avanzado en mis grados de karate, cuando toque con Felipe
ocasionalmente, y cuando sepa hablar bien los 4 idiomas que estoy
estudiando, entonces seguramente tendré motivación y tiempo para
proponer algo nuevo, en alguna disciplina.
Además,
acá el apartamento está muy cómodo, la comida latina es buena, y en
otros países no encuentro estas cosas. También Pereira y Cali están
cerca, y puedo visitar otras ciudades del país.
Gracias
por todo el apoyo que me han dado hasta el momento buscando
oportunidades de doctorado. Dar clases en universidades y en línea es
chévere y me da tiempo para hacer mis otras cosas.
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