¡Quiero ser doctor ya!

Ese es como el deseo de muchas personas en el mundo de la academia. Existe actualmente como una especie de competencia generalizada por llegar a obtener un doctorado tan pronto como sea posible, entre más joven, mejor. Bueno, y no es solamente el doctorado, es cualquier estudio de posgrado. Son personas que aún no han acabado el pregrado (aún no entiendo ese nombre, es como si uno terminara la carrera, y no se graduara, pre-grado), y ya están viendo materias de una especialización o de una maestría. Su afán por conocerlo todo, es ¡increíble!, ¡inconmensurable! Me inclino ante ellos. Bah.

La verdad, creo que son muy pocos los que de verdad estudian por el conocimiento en sí, porque les gusta aprender y porque les gustaría desarrollar o aportar algo al conjunto de teorías y leyes desarrolladas por la humanidad. En mi opinión, la mayoría lo hacen sólo por reconocimiento. ¡Sí, lo he hecho, soy doctor de la Universidad *** del país *** más joven del mundo! De allí no pasa la cuestión.

He venido reflexionando bastante sobre ello, así como decía mi profesor Gerardo en el colegio acerca de la física, "la física es una ciencia de reflexión". En lo que a mi respecta, no sirve de nada llenarse de conocimientos durante tanto tiempo sin darse la oportunidad de masticarlo, digerirlo, y sobre todo, aplicarlo. Ah, y saber si de verdad es lo que le gusta a uno. En la universidad uno va materia tras materia, presentando infinidad de trabajos, en tiempo récord, con recursos escasos, y con resultados finales no muy enorgullecedores, en la mayoría de las ocasiones. Es decir, todo es a la carrera, uno no tiene la oportunidad de cambiar una resistencia por allí, una variable por allá, para saber qué ocurre, porque todo toca presentarlo ya, rápido, el profesor se va, ¡vamos a perder la materia! Y ese corre-corre va minando progresivamente esa curiosidad que todos tenemos, esa creatividad (hace días vi un libro que se llama "El hombre nace creativo, y la sociedad lo vuelve ejecutivo"), y le va cortando a uno la habilidad de hacerse preguntas, de cuestionarse, de no creer, de refutar, y lo va convirtiendo en algo que responde ante una solicitud, nada más, sin preguntarse si está bien o mal hecho, si pudo haberse hecho mejor, en una máquina que ejecuta, y nada más.

Así que, teniendo en cuenta mi cortísima experiencia en este universo, y mi escasa vivencia de la realidad, pienso que lo más importante es conocerse a uno mismo, ¡dar-se tiem-po para u-uno!, pensar, reflexionar, como regurgitar todo eso que le enseñaron, hacer memoria, y ponerse a pensar si valió la pena todo ese esfuerzo, todo lo que estudió, y por tanto, si valdrá la pena estudiar otro tanto algo que le dijeron que servía, que era lo que seguía, porque a otros les ha servido. No hay que sentirse presionado porque los demás ya están terminando su maestría, y tú apenas estás definiendo la tuya. Lo importante es definir bien si lo que uno va a estudiar de verdad le gusta y le va a servir para algo.

No te indigestes de conocimiento, aplícalo, analízalo.


sentir un gran malestar. Entonces, el sabio le condujo a una habitación de invitados y le dijo: «Ahora descansa, acuéstate en esta cama y así podrás digerir la comida».
El buscador se acostó y rápidamente se quedó dormido. 
Pasaron tres horas y el sabio lo despertó y le dijo: «Levántate, es hora de cenar».
El buscador respondió: «No, por favor, no tengo hambre y me encuentro mal».
Y el sabio dijo: «Cuando viniste a verme, estabas tan lleno de conocimientos indigestos como lo estás ahora de comida. Pensabas que necesitabas más conocimiento para salir de tu malestar espiritual. Pero no es así. Si quieres aprender conmigo tienes que vaciarte de tanto saber. Has acumulado demasiadas teorías, pero no te han servido de gran cosa. No te veo satisfecho ni en paz. Si lo deseas puedes quedarte tres meses con nosotros. Pero te impongo unas condiciones: durante ese tiempo no deberás hablar con nadie ni hacer preguntas ni leer ningún libro. Quiero que te limites a ser un observador de la realidad y de tu mente, y para ello deberás guardar silencio. 
El buscador comprendió y aceptó. 


Comentarios