Conectados

Siempre he pensado que pensar mucho es contraproducente. A lo mejor es más seguro y cómodo resguardarse en la cotidianidad.

Foto de Nastya Dulhiier en Unsplash



Pero la única manera de hacer cosas valiosas es pensando mucho, ¿no? ¿Qué diría alguien que seguramente pensó mucho?. Un físico o escritor renombrado, por ejemplo.

Me sorprende la gran cantidad de indecisión que hay presente en mis escritos. Pero es que todo es relativo. Y además hay que tomar decisiones constantemente, una tras otra, todo el día, todos los días.

Siento como un tapón en mi cabeza, algo que no deja fluir mis pensamientos e ideas.

Será agotamiento

Qué interesante sería que cada humano aprendiera instantáneamente de las experiencias de los demás. El proceso de aprendizaje y evolución se aceleraría estrepitósamente. Cada humano no tendría que cometer los mismos errores de los demás.

Aunque esto no existe, se supone que en este universo todos estamos conectados con todos y todo.

Sin embargo, eso de aprender todos de todos instantáneamente, a lo larga, traería problemas.

La vida se ve diferente con un objetivo en la mente. Y más si es un objetivo por el trabajamos diariamente, y durante toda la vida.


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