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Photo by Olga Thelavart on Unsplash


¿Cuándo es hora de detener las lágrimas?¿Es justo detenerlas?¿Es razonable hablar de justicia en este caso de tristeza? El humano es el único ser que se detiene a pensar en estas cosas. Por eso su existencia es más complicada, pero también más bella. Lo complicado es bello, dijo alguien. El entendimiento se queda corto para tratar de explicar este tipo de cosas, no tienen ni pies ni cabeza, desafían todos los planes existentes, deshacen muchos sueños y metas, pero toca volver a plantearlas, desde otra perspectiva, y no dejarlas perder.

Si fuera decisión mía, no dejaría nunca de llorar, pero la mente es volátil, y se distrae, cambia y  muta, tiene prioridades, y poco a poco va olvidando la tristeza. Muchas veces quise permanecer en la tristeza, todo era más real, en blanco y negro, sin colores, y así cualquier golpe es más fácil de soportar, porque no esperas nada de nada, todo siempre puede salir mal, pues entonces estás preparado, no ves tu realidad como una diferente de las demás personas, de esas que salen en las noticias del medio día dando sus declaraciones de la desgracia que sufrieron; de esta forma eres igual a ellos, igual de frágil, débil y triste, ya no eres la excepción que fuiste durante tanto tiempo, ya no eres alguien privilegiado, tu también estás en este mundo, y sufres como cualquier humano.

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