Mi problema con el exceso de religión que me rodea.

Nací en una familia católica. Mis padres, bueno, católicos "estándar": algunas misas (a las que yo también iba de pequeño, hasta que me dio pereza volver porque no entendía nada, me aburría y me daba sueño), rosario de vez en cuando, novenas, pesebre, semana santa. Lo normal (creo).

Foto de James Coleman en Unsplash



Algunos otros de mis familiares, un poco más devotos. Nombres en honor a santos. Los mil jesuses. Y creo que hasta ahí.

Pero ninguno de ellos, al menos abiertamente, se expresa como no creyente. Yo lo hago y algunos lo saben, porque simplemente me lo han preguntado. Tampoco me interesa que todo el mundo sepa que no creo en las fantasías de la religión, cualquiera que sea. Pero aún así, acompaño a mi mamá a misa, participo de novenas, estoy presente cuando rezan el rosario, y así.

Sin embargo, hace años no me persigno, no digo amén cuando participo de alguna oración, y no recito oraciones por voluntad propia. ¿Por qué? Porque simplemente no le veo sentido.

Y no entiendo cómo los demás no le ven el sinsentido a lo que hacen. Ya he tenido oportunidad de mostrarles la cantidad de incoherencias históricas que existen alrededor de la biblia y las religiones monoteístas. Ya les he explicado también que ellos son ateos de otros miles de dioses, y que yo solamente soy ateo de uno más. Ya les he explicado que el verdadero dios es la naturaleza y el universo, y que a ese dios no se le puede (¡porque es que no tiene sentido!) pedir nada, porque no tiene voluntad, no castiga ni bendice, no hace favores, simplemente existe y sucede. La naturaleza y el universo existen y suceden. Son acontecimientos que están allí y van uno detrás de otro, uno conlleva a muchos otros, cada suceso desencadena muchos más, están conectados de maneras que aún no entendemos bien y que tratamos de comprender estudiando lo que nos rodea y estudiándonos a nosotros mismos.

Pero aún diciéndoles todo esto, no me creen. Y bueno, tampoco me interesa convencerlos, no soy partidario de obligarlos a creer en algo, porque lo considero algo grosero, basto, como un insulto, el querer cambiar las convicciones de alguien. Lo que creo es que cada persona debe convencerse a sí misma, viendo lo que uno hace, es decir, a partir del ejemplo.

Y mi ejemplo ya lo conocen. Mi ejemplo es apostatar a la religión católica.

Comentarios