EL NOMBRE DEL SILENCIO: SÉPTIMA PARTE

La operación de corazón abierto fue el martes 30 de noviembre de 2011. Yo había llegado a Pereira dos días antes, había finalizado octavo semestre de ingeniería en mecatrónica, y acababa de comenzar mi trabajo de grado. 

Foto de Joe Green en Unsplash



Mi papá salio con mi mamá rumbo a la clínica muy temprano en la mañana, como a las 6 h. No recuerdo a qué horas era la cirugía, supongo que a las 9 o algo así. Pero sí recuerdo que mi mamá, antes de salir del apartamento con él, entró a mi cuarto y me preguntó que si quería despedirme. Yo, medio dormido, me levanté, salí del cuarto y lo abracé. Estábamos parados en un rincón de la sala, frente a mi puerta. Creo que le dije "que te vaya bien", o algo así, aunque pocas veces lo tuteaba, y él me respondió, si no me falla la memoria, "te quiero" o "te amo". Así sin más, me devolví a mi cuarto a seguir durmiendo, tranquilo y confiado en que saldría bien, como la mayoría de las situaciones en mi vida. 

Porque en realidad nunca me preocupé por esa cirugía, mi hermano tampoco, y mamá, al menos, no lo demostraba frente a nosotros. Tal vez el único que sabía la magnitud del asunto era mi papá, el más sensato y a veces paranoico de nosotros. Y aún así, nunca demostró su miedo. Por ese desde entonces, me digo a mi mismo en ciertas ocasiones, "¿voy a tener miedo por esto?, ¿de verdad me voy a permitir sentir miedo?" Pocas veces lo experimento de verdad, pensando en que mi papá salió ese día del apartamento a enfrentar la muerte directamente y nunca expresó su temor.

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