SARTRE, KANT Y LA LIBERTAD
Los conceptos de
libertad de Sartre y de Kant presentan una similitud y a la vez una diferencia.
Para explicar el
concepto de libertad de Kant, se debe partir primero de lo que él considera
como bien, lo cual es la voluntad, pero la voluntad guiada por la razón, la
voluntad buena, es decir, las acciones que llevamos a cabo y que responden a
decisiones tomadas de una manera razonable y sensata, y que por consiguiente
llevan a un bien general y de igual forma respetan la ley moral.

En este punto se
encuentra la diferencia entre los conceptos de libertad de Kant y Sartre, ya
que aquel impone una restricción al hombre para ser libre, mientras que éste,
aunque expresa también que la libertad es algo que hace parte del hombre, algo
que le es inherente, propone que no existen restricciones para ser libre, como
muy bien lo expresa su frase “estoy condenado a ser libre”.

Ni siquiera la
ética y los valores limitan la libertad del hombre, pues ellos no existen hasta
que nosotros los queramos, ellos no existen como realidades independientes a
nuestra voluntad, sino que por el contrario ellos aparecen gracias a nuestra
determinación de hacer real algún estado de las cosas, es decir, la voluntad es
la que hace reales los valores morales.[2]
“Lo posible es
aquello de que carece el para-si para ser en-si”. De esta forma se podría
explicar la frase “estoy condenado a ser libre”, ya que el hecho de que el
hombre siempre esté con la posibilidad de elegir diversos caminos con el
objetivo de encontrarle un fundamento a su vida le proporciona un estado de
libertad absoluta.
Pero entre Kant y
Sartre también existe, como ya se había dicho, una similitud en cuanto a sus
conceptos de libertad se refiere. Esta similitud consiste en que ambos
presentan la libertad como la causante de que el hombre esté comprometido con
el mundo, es decir, la humanidad está sujeta a las acciones de cada hombre, lo
que significa que el estado del mundo y los cambios que éste sufre son debido a
los actos realizados por cada ser humano.
Según Kant, se debe
actuar siempre con voluntad buena, respetando la ley moral y por lo tanto
efectuando un bien general, sin importar si se deben hacer grandes sacrificios
como dar la vida por el prójimo. Lo más importante es actuar siempre correctamente,
actuar como se quiere que todos los demás actúen.
Pero el hombre, al
ver que su libertad fundamenta todos sus actos, experimenta angustia debido a
la inmensa responsabilidad que recae sobre sus espaldas, y debido a esto,
recurre a la “mala fe” para conseguir de nuevo la tranquilidad. La “mala fe” no
es otra cosa que mentir a la conciencia para no aceptar la responsabilidad de
los hechos y de esta forma eludir el sentimiento de culpa que surge como
resultado de ver que las consecuencias de los actos no son buenas.
[1] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Sartre/Sartre-Libertad.htm
[2] Ibíd.
[3] Ibíd..
pa k quieres saber eso jaja salu2
ResponderEliminaryo k se no zoy 100tifiko xd
EliminarLlegué a tu blog por casualidad, te felicito esta muy bien!
ResponderEliminarHola Karla, qué pena responder dos años después, jajaja. Gracias por tu comentario.
EliminarGracias por tu comentario Luis, y disculpa haberlo leído tanto tiempo después.
ResponderEliminarGracias,ayudaste a qué terminar
ResponderEliminara mi tarea 🤙🏽😭
Qué bueno que te haya servido de algo, muchos éxitos.
EliminarGracias, este artículo me ha servido mucho para escribir un artículo sobre el racismo en Kant.
ResponderEliminarQue bueno Jesús! Un saludo.
Eliminar