"UN MUNDO FELIZ" - Aldous Huxley


Photo by genrri victorio on Unsplash

Huxley fue un escritor muy ingenioso, realmente inteligente, o por lo menos lo fue redactando este libro, pues pudo plasmar el rumbo que poco a poco la humanidad iría recorriendo a través de los años con una exactitud excepcional. Él pudo, en cierta forma, predecir el estado tan deplorable que en algunos años estaremos viviendo, o ¿es que nacer para seguir un camino ya hecho por científicos en un laboratorio, tal y como productos, es algo de lo que se pueda sentir orgullo?

"Los niños Alfa van de gris. Trabajan mucho más que nosotros porque son prodigiosamente inteligentes. La verdad, es que estoy muy satisfecho de ser un Beta, pues no tengo un trabajo tan pesado. Y además somos mucho mejores que los Gammas y los Deltas. Los Gammas son unos tontos. Visten de verde. Y los niños Deltas, de caqui. No, no, no quiero jugar con los niños Deltas. Y los epsilones son aún peores..(...)" (pág. 31)

En mi opinión, no. Sería mejor no vivir, preferiría la inexistencia al determinismo absoluto. Y pensándolo bien, vivir de tal forma no es realmente vida, no, dejaría de ser vida y se convertiría en ley, casi en una ley estatal, si se puede expresar así, y la verdadera vida ni es ley, ni es obligatoria, ni es impuesta por nadie

Y esta crítica al control total de la vida, que ya estamos viviendo y que dentro de poco experimentaremos en toda su extensión, no es lo único contra lo que arremete Huxley. Su libro toca cada uno de los aspectos que conforman una sociedad, y lo hace de una manera muy precisa y muy actual. Parece casi que él hubiera vivido todo lo que imaginó, pues tuvo la capacidad de describir claramente todos los beneficios, que en realidad son representaciones del cada vez más decadente sentido humano, que traería la ciencia, la tecnología y la política en torno al objetivo supremo de la vida: alcanzar la felicidad

Supo ver como la religión y la moral irían decayendo poco a poco para ser reemplazadas por un ideal basado en la estabilidad, el control, y la seguridad, conllevando esto a una desaparición de la moral. "Se cortó el remate a todas las cruces y quedaron convertidas en T. Había también una cosa llamada Dios(...). Había también una cosa llamada cielo (...) Había una cosa llamada alma y una cosa llamada inmortalidad" (pág. 49). "Millones de gemelos idénticos, el principio de la producción en masa aplicado por fin a la biología"(pág. 16) "Pero nuestra labor es estabilizar la población en este momento, aquí y ahora"

Y una vez eliminada la moral, el objetivo de alcanzar la felicidad se hizo factible y dejó de ser una utopía. Una felicidad sustentada en el placer, en la plenitud de los deseos terrenales, aunque también una felicidad cimentada en el control, y por lo tanto, una existencia sin libertad

Ese es el gran dilema que expone Huxley, ¿libertad o felicidad?, dilema que progresivamente se va haciendo más real y más presente en nuestras vidas. Si escogemos la felicidad, la felicidad perfecta, podremos disfrutar ilimitadamente de nuestro cuerpo, porque nuestro cuerpo nos da placer, y podremos disfrutar del sexo, y de las mujeres, "Está muy mal lo que haces ¡Siempre con un sólo hombre! No estaría mal a los cuarenta, o a los treinta y cinco ¡Pero a tu edad Lenina! (...) ¡Cuatro meses con Henry Foster sin tener otro hombre!" (pág. 40); no tendríamos que sostener hijos ni hogares, porque todos los humanos saldrían de envases, de tubos de ensayo, de químicos, no más reproducción vivípara. "El hogar, la casa, unos cuantos cuartos pequeños en los cuales se amontonaban un hombre, una mujer periódicamente embarazada y una lechigada de críos de todas las edades. Ni aire, ni espacio, (...) enfermedades, hedores"(pág. 37); sería un mundo donde podríamos disfrutar de juegos eróticos desde que estamos pequeños, "En un trozo de cesped, (...) un niño de unos siete años y una niña de uno más, se entretenían jugando, (...) a un juego sexual rudimentario" (pág. 33); y finalmente, sería un mundo donde no existiría la tristeza ni el cansancio, porque ambas son improductivas, inútiles y peligrosas, y por tal motivo la alegría y el descanso estarían siempre a la mano, en cajitas, en pasticas, "(...) la droga perfecta (...) Todas las ventajas del alcohol y ninguno de sus inconvenientes" (pág. 49), "(...) queda el soma, el delicioso soma, del que medio gramo equivale a medio día de descanso, un gramo a un fin de semana, (...)

Suena bien, ¿no? Ese es el futuro al que seguramente algún día llegaremos. Sin embargo, ¿vale la pena aceptar todos esos grandiosos beneficios a cambio de entregar nuestro pensamiento? Porque en ese mundo no hay que pensar, para qué si todo ya está hecho, lo único que toca hacer es disfrutar, disfrutar y nada más. El pensamiento solo trae disgustos, problemas, conflictos, reflexiones, es decir, concede libertad, y eso, en ese mundo, es peligroso y obsoleto. "Los viejos, en los pésimos tiempos antiguos, renunciaban, se retiraban, se entregaban a la religión, pasaban el tiempo leyendo, pensando, ¡pensando!" (pág. 50)

Pero no. Ese no es el futuro que yo quiero.Yo no quiero vivir en un lugar donde sea vergonzoso mencionar la palabra "madre" o "padre". "¿Y "padre" - preguntó el D.I.A. - Se hizo un embarazoso silencio. Varios muchachos enrojercieron (...) - en otro tiempo, los seres humanos eran...-titubeó; la sangre afluyó a sus mejillas - bien, era vivíparos". Yo quiero la liberta a ese mundo supuestamente feliz. "La actual felicidad siempre parece muy menguada en comparación de las compensaciones que brinda la miseria. Y además, la estabilidad no es ni con mucho tan espectacular como la inestabilidad. Y el estar satisfecho no tiene el encanto de una denodada lucha contra la desgracia, ni el pintoresquismo de una pugna contra la tentación(...)"(pág. 184)

¡Será que alcanzar la felicidad es estar siempre felices (o por lo menos hacerle sentir al cuerpo tal cosa)? ¿Es tener todo solucionado?. No. Es todo lo contrario. La felicidad incluye alegrías y tristezas, euforias y calmas, ilusiones y nostalgias, valentía y cobardía. Las obras más maravillosas del arte no salen siempre de la tranquilidad y la alegría. La felicidad es saberse capaz de superar obstáculos, de sabe que uno puede afrontar peligros, dudas y miedos de forma consciente y digna.

"Pero yo no quiero confort, yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero peligro, quiero la libertad, quiero la bondad, quiero el pecado" Aldous Huxley

La felicidad no implica una contradicción con la libertad. Al contrario, la primera está fundamentada en la segunda. La verdadera felicidad es saber que uno siempre será libre, en cualquier circunstancia, porque la libertad hace parte de la conciencia y mente humanos, y éstas sólo desaparecen cuando el individuo muere. Definir la libertad fijándose únicamente en el aspecto físico es una concepción muy pobre. La libertad va más allá de lo material. La libertad no es un don de los seres humanos, porque los dones los tienen sólo unos pocos, y tampoco es un derecho, porque los derechos son impuestos por el estado después de haber realizado un proceso racional, y la libertad no es racional, es natural, no necesita ser pensada, simplemente se vive, no hay que decidir cuando se va a ser libre y cuando no porque uno siempre lo es, absolutamente siempre, la libertad es una propiedad inherente al ser humano, está en su misma esencia, y por eso, "los seres humanos estamos condenados a ser libres", como alguna vez escribió Sartre


Comentarios